Mamá – ¿Qué quieren comer?
Yo – Yo quiero arroz, con cebolla, como hacés vos.
Mamá – No, eso a la noche
Yo – ¿Para qué me preguntás, entonces, qué quiero comer?
Mamá – Para qué me digas… dale, ¿Qué querés comer? Que no sea arroz. Voy a hacer ensalada de tomate y lechuga. Un poco de zanahoria, y abro una lata de pototas…
Yo – Pero, Ma… Bueno, ¿entre que puedo elegir, entonces…?
Papá – Hoy toca pollo o pescado
Yo – Bueno, ustedes coman carne, yo quiero milanesa de soja. Lucía seguro que tiene.
Mamá – No, vas a comer pescado porque seguro que hace un montón que no comés.
Yo – Mamáaaaaa, yo quiero milanesa de soja, no me preguntes que vamos a comer si al final vas a hacer lo que vos querés.
Mamá – Bueno, puse pescado como para un batallón, en un rato van a estar. Lu, ¿vos que vas a comer?
Lu – ¿Qué hay?
Mamá – Pescado. ¿Querés milanesas de soja?
¿Me están jodiendo?
Lu – Ehhh, y sí. Tengo mucho hambre…
Mamá – Bueno, la pongo cuando estén los pescados porque lleva menos tiempo.
…
Mamá – ¡¡¡YA ESTÁ LA COMIDA!!! ¡¡¡VENGAN A COMEEEEER!!!
Yo – Bueno, como pescado. Pero después no me digas que no hay más, como todo el pescado que quiero.
Mamá – Acá está tu pescado; Marcelo, está tu sopa; Lu, tu hamburguesa.
Papá – Gracias.
Lu – ¿Vamos a apagar la tele? ¿Dónde esta la nona? ¿Hamburguesa? ¡Yo quería milanesas!
Papá – Ya termina
Yo – La nona se fue a acostar, estaba muy cansada.
Mamá – ¿Milanesas? Bueno, te hice una hamburguesa es lo mismo
Lu – ¿Una sola hamburguesa?
Mamá – Y sí. Qué pretendés, ¿dos?
Lu – ¿Vos te conformarías con una hamburguesa?
Mamá – Yo siempre me conformo con una, y a veces con nada, porque Elvira hace comida para dos en una casa de cinco y yo siempre llego tarde
Lu – Ufa, ¿vas a apagar, Papá?
Papá – Si, ya termina
Yo – No puedo comer este pescado. Tiene azúcar.
Mamá – Ana no digas boludeces, ¿cómo va a tener azúcar?
Yo – Sí, Ma. Vas a ver, probalo, tiene azucar.
Mamá – El mío no tiene azúcar
Yo – Esto es incomible, no puedo comer esto.
Mamá – Anita, pero que no tiene azúcar te digo
Andre – ¿A ver? El mío también tiene azúcar
Lu – ¿Qué estás viendo, pa? ¿Cuándo termina?
Papá – TE DIJE QUE YA TERMINA! No te desubiques por favor
Mamá – En realidad, Marcelo, Lucía tiene razón siempre comemos sin tele
Papá – ¿Qué querés? ¿QUERÉS QUE NO VEA EL FINAL? ¿ESO QUERÉS?
Andre – …
Yo – …
Lu – …
Mamá – …
Papá – DECILO, DALE. ¿ESO QUERÉS?
Mamá – ¿QUERÉS QUE DIGA QUE NO QUIERO QUE VEAS EL FINAL? NO LO VOY A DECIR.
Papá – Bueno, entonces dejenme ver tranquilo el final...
Mamá – Ana, ¿por qué no comés?
Yo – Porque el pescado esta asqueroso, tiene azúcar...
Mamá – Que no puede ser...
Yo – Mirá, probá el mío
Mamá – Es verdad. ¿Cómo puede ser? ¿Le pusiste azúcar? Comete el mío, tomá
Yo – El tuyo también tiene gusto a azúcar, no tan fuerte pero está ahí
Papá – (Mientras condimenta el pescado) ¿Qué puede ser?
Yo – ¿Te lo vas a comer?
Papá – Y sí, que le voy a ser, no es para tanto tampoco…
WHAT’S????
Yo – Los habrá preparado Elvira con azúcar
Mamá – Nooo, no va ser tan tarada
Papá – Además, el otro día comimos el resto del pescado y estaba bien
Lu – ¿Puede ser que mi hamburguesa también tenga azúcar?
Papá – Entonces es de la fuente.
Andre – ¿Me puedo terminar las pototas?
Mamá – Yo todavía no las empecé, pero bueno, comelas. Abrimos otra lata. Yo preparo más tomate.
Lu – Yo tengo hambre, todavía. Y eso que me comí mi hamburguesa con azúcar.
Mamá – ¿Querés una milanesa de soja?
Lu – No
Yo – Yo sí
Lu – Pero son mías
Yo – Pero yo tengo hambre también.
Lu – Bueno
Mamá – Te hago una, Ana
Lu – Hacele dos
Andre – Yo también quiero, me gustan
Mamá – No Andre a vos te hago una hamburguesa
Andre – ¿De soja?
Mamá – De carne
Lu – Papá, hace 45 minutos que iba a terminar eso
Papá – Y bueno, es que le ponen propaganda, ¿qué querés que le haga?, no es mi culpa que sean tan largas
Lu – Bueno, pero podrías fijarte en la revista cuando la repiten.
Papá – La dieron ayer, y no la vi porque estaba viendo otra cosa.
Lu – Vos ves demasiada televisión
Papá – ¿Qué?
Lu – Sí. Lei que una persona promedio mira cuatro horas de televisión por día, y vos cumplís toda la cuota y perdés tiempo que podrías usar en otra cosa y encima después te quejás de que estás cansado.
Mamá – Ya sé que pasó con el pescado. ¡Qué boluda!
Yo – ¿Qué pasó?
Mamá – Qué esto no es aceite
Lu – ¡¡¡Es edulcorante!!! ¡¡¡Qué asco!!!
Papá – ¿Qué pasó?
Mamá – Que me dí cuenta recién que le puse edulcorante en vez de aceite a la asadera, ¿cómo me voy a confundir así? Las consistencias son diferentes, ¿cómo no me di cuenta?
Papá – ¿Le pusiste mucho?
Mamá – Y… como para pintar toda la asadera ¿qué te parece?
Papá – Bggg
Lu – Tengo hambre...
Yo – Comete una de las milanesas de soja
Lu – Si mamá puso una sola…
Yo – ¿No puso dos?
Lu – No, yo le dije que pusiera dos y ella dijo que no
Mamá – Primero, no dije nada; y segundo, puse dos...
Lu – Pero una tiene edulcorante, ¡qué asco!
Mamá – Noooo, la lavé. Tomen, chicas, coman Milanesa de soja...
Lu – Que fea…
Yo – Es de pollo
Mamá – ¿Cómo va a ser de pollo?
Yo – Tiene gusto a pollo
Lu – Y re parece de pollo
Mamá – La caja dice milanesa de soja
Yo – Ah, es verdad, no es de pollo, sólo parece
Lu – Tiene mucho rebozado, es por eso, que feo
Yo – Bueno, damela. Yo me la como.
Lu – ¡No! Tengo hambre
Mamá – ¿No terminó la película todavía?
Nona – Buenas
Papá – NO
Nona – ¿Y el pescado?
Lu – Tomá Anita, no quiero más milanesa de soja…
En fin, nada como un viajecito a casa para conseguir material fresco para el blog