sábado, 2 de agosto de 2008

Dulce comida familiar

Mamá – ¿Qué quieren comer?

Yo – Yo quiero arroz, con cebolla, como hacés vos.

Mamá – No, eso a la noche

Yo – ¿Para qué me preguntás, entonces, qué quiero comer?

Mamá – Para qué me digas… dale, ¿Qué querés comer? Que no sea arroz. Voy a hacer ensalada de tomate y lechuga. Un poco de zanahoria, y abro una lata de pototas…

Yo – Pero, Ma… Bueno, ¿entre que puedo elegir, entonces…?

Papá – Hoy toca pollo o pescado

Yo – Bueno, ustedes coman carne, yo quiero milanesa de soja. Lucía seguro que tiene.

Mamá – No, vas a comer pescado porque seguro que hace un montón que no comés.

Yo – Mamáaaaaa, yo quiero milanesa de soja, no me preguntes que vamos a comer si al final vas a hacer lo que vos querés.

Mamá – Bueno, puse pescado como para un batallón, en un rato van a estar. Lu, ¿vos que vas a comer?

Lu – ¿Qué hay?

Mamá – Pescado. ¿Querés milanesas de soja?

¿Me están jodiendo?

Lu – Ehhh, y sí. Tengo mucho hambre…

Mamá – Bueno, la pongo cuando estén los pescados porque lleva menos tiempo.

Mamá – ¡¡¡YA ESTÁ LA COMIDA!!! ¡¡¡VENGAN A COMEEEEER!!!

Yo – Bueno, como pescado. Pero después no me digas que no hay más, como todo el pescado que quiero.

Mamá – Acá está tu pescado; Marcelo, está tu sopa; Lu, tu hamburguesa.

Papá – Gracias.

Lu – ¿Vamos a apagar la tele? ¿Dónde esta la nona? ¿Hamburguesa? ¡Yo quería milanesas!

Papá – Ya termina

Yo – La nona se fue a acostar, estaba muy cansada.

Mamá – ¿Milanesas? Bueno, te hice una hamburguesa es lo mismo

Lu – ¿Una sola hamburguesa?

Mamá – Y sí. Qué pretendés, ¿dos?

Lu – ¿Vos te conformarías con una hamburguesa?

Mamá – Yo siempre me conformo con una, y a veces con nada, porque Elvira hace comida para dos en una casa de cinco y yo siempre llego tarde

Lu – Ufa, ¿vas a apagar, Papá?

Papá – Si, ya termina

Yo – No puedo comer este pescado. Tiene azúcar.

Mamá – Ana no digas boludeces, ¿cómo va a tener azúcar?

Yo – Sí, Ma. Vas a ver, probalo, tiene azucar.

Mamá – El mío no tiene azúcar

Yo – Esto es incomible, no puedo comer esto.

Mamá – Anita, pero que no tiene azúcar te digo

Andre – ¿A ver? El mío también tiene azúcar

Lu – ¿Qué estás viendo, pa? ¿Cuándo termina?

Papá – TE DIJE QUE YA TERMINA! No te desubiques por favor

Mamá – En realidad, Marcelo, Lucía tiene razón siempre comemos sin tele

Papá – ¿Qué querés? ¿QUERÉS QUE NO VEA EL FINAL? ¿ESO QUERÉS?

Andre – …

Yo – …

Lu – …

Mamá – …

Papá – DECILO, DALE. ¿ESO QUERÉS?

Mamá – ¿QUERÉS QUE DIGA QUE NO QUIERO QUE VEAS EL FINAL? NO LO VOY A DECIR.

Papá – Bueno, entonces dejenme ver tranquilo el final...

Mamá – Ana, ¿por qué no comés?

Yo – Porque el pescado esta asqueroso, tiene azúcar...

Mamá – Que no puede ser...

Yo – Mirá, probá el mío

Mamá – Es verdad. ¿Cómo puede ser? ¿Le pusiste azúcar? Comete el mío, tomá

Yo – El tuyo también tiene gusto a azúcar, no tan fuerte pero está ahí

Papá – (Mientras condimenta el pescado) ¿Qué puede ser?

Yo – ¿Te lo vas a comer?

Papá – Y sí, que le voy a ser, no es para tanto tampoco…

WHAT’S????

Yo – Los habrá preparado Elvira con azúcar

Mamá – Nooo, no va ser tan tarada

Papá – Además, el otro día comimos el resto del pescado y estaba bien

Lu – ¿Puede ser que mi hamburguesa también tenga azúcar?

Papá – Entonces es de la fuente.

Andre – ¿Me puedo terminar las pototas?

Mamá – Yo todavía no las empecé, pero bueno, comelas. Abrimos otra lata. Yo preparo más tomate.

Lu – Yo tengo hambre, todavía. Y eso que me comí mi hamburguesa con azúcar.

Mamá – ¿Querés una milanesa de soja?

Lu – No

Yo – Yo sí

Lu – Pero son mías

Yo – Pero yo tengo hambre también.

Lu – Bueno

Mamá – Te hago una, Ana

Lu – Hacele dos

Andre – Yo también quiero, me gustan

Mamá – No Andre a vos te hago una hamburguesa

Andre – ¿De soja?

Mamá – De carne

Lu – Papá, hace 45 minutos que iba a terminar eso

Papá – Y bueno, es que le ponen propaganda, ¿qué querés que le haga?, no es mi culpa que sean tan largas

Lu – Bueno, pero podrías fijarte en la revista cuando la repiten.

Papá – La dieron ayer, y no la vi porque estaba viendo otra cosa.

Lu – Vos ves demasiada televisión

Papá – ¿Qué?

Lu – Sí. Lei que una persona promedio mira cuatro horas de televisión por día, y vos cumplís toda la cuota y perdés tiempo que podrías usar en otra cosa y encima después te quejás de que estás cansado.

Mamá – Ya sé que pasó con el pescado. ¡Qué boluda!

Yo – ¿Qué pasó?

Mamá – Qué esto no es aceite

Lu – ¡¡¡Es edulcorante!!! ¡¡¡Qué asco!!!

Papá – ¿Qué pasó?

Mamá – Que me dí cuenta recién que le puse edulcorante en vez de aceite a la asadera, ¿cómo me voy a confundir así? Las consistencias son diferentes, ¿cómo no me di cuenta?

Papá – ¿Le pusiste mucho?

Mamá – Y… como para pintar toda la asadera ¿qué te parece?

Papá – Bggg

Lu – Tengo hambre...

Yo – Comete una de las milanesas de soja

Lu – Si mamá puso una sola…

Yo – ¿No puso dos?

Lu – No, yo le dije que pusiera dos y ella dijo que no

Mamá – Primero, no dije nada; y segundo, puse dos...

Lu – Pero una tiene edulcorante, ¡qué asco!

Mamá – Noooo, la lavé. Tomen, chicas, coman Milanesa de soja...

Lu – Que fea…

Yo – Es de pollo

Mamá – ¿Cómo va a ser de pollo?

Yo – Tiene gusto a pollo

Lu – Y re parece de pollo

Mamá – La caja dice milanesa de soja

Yo – Ah, es verdad, no es de pollo, sólo parece

Lu – Tiene mucho rebozado, es por eso, que feo

Yo – Bueno, damela. Yo me la como.

Lu – ¡No! Tengo hambre

Mamá – ¿No terminó la película todavía?

Nona – Buenas

Papá – NO

Nona – ¿Y el pescado?

Lu – Tomá Anita, no quiero más milanesa de soja…

En fin, nada como un viajecito a casa para conseguir material fresco para el blog