jueves, 28 de febrero de 2008

Apelativos circunstanciales

– Ana, ¿vamos a hacer rompecabezas?
– No quiero. Es horrible ese rompecabezas ¡¡lo odio!!
– Dale, Ana. Si no, no vas a poder hacer nunca el Modigliani
– Está bien.

Al rato

– Ni una pieza,¡¡qué rompecabezas de mierda!!
– ¡¡Te dije!! ¿Por qué te pensás que estuvo abandonado abajo del vidrio de la mesa durante taaaantos años?
– Bueno, sí. Pero alguna vez había que terminarlo.
– Pero es una mierda, son todas iguales las piezas que quedan, y poner una sola te lleva mil años. ¡¡¡Este rompecabezas es una cagada!!!

Más tarde (u otro día, la verdad es que ya no importa)

– JA! ¡¡Te encontré pieza de mierda!! Que rompecabezas del orto…
– ¿Pusiste una, pa? ¿Cuál?
– Esta, ¿ves? La ramita la tapan las flores… Que hijas de puta estas piezas
– ¿Ves que ponés piezas? Después decís que no hiciste nada…
– Y, comparado con las que pusiste vos… pero bueno, yo acepto mis limitaciones

En otro momento…

– ¡Cómo avanza la mierda esta!, ¿eh?
– Y sí, pero re lento. ¡Es una porquería! GRRRR ¡¡¡Odio este rompecabezas!!!

Al fin, ayer…
A la mañana

– Hoy lo terminan, ¿eh? Ya faltan pocas piezas
– No, Lu. Parece, pero no. ¡¡Es una caca!!!
– Ya vas a ver, Anita. Hoy lo terminan. Yo voy a llenar este espacio. Dije que iba a probar una por una cuando quedaran pocas y ya quedan pocas…
– Bueno, dale. Yo empiezo por este lado.
[…]
– JA! Mirá las encontré. ¡¡Cerré el agujerito!!
– ¡Qué grande, Lu! Yo puse estas, pero ni se notan, es una mierda, esto…

A la noche


– JA! Lo terminé! Lo terminé! Soy una genia!!! Mirá que lindo…
– ¡Anita! ¡¡Terminaste!! Mirá, Bupé, mirá que hermoso. Es maravilloso, Mirá la foto, ¡qué linda!
– ¿Terminaron? No… Que belleza, mirá lo que es eso…
– Lástima que cuando tengas tu casa te lo vas a llevar, ¿no Ani?
– No papi, te lo dejo si querés…

Yo lo sigo odiando…

domingo, 24 de febrero de 2008

Renovaciones

– Ma, ¿me cortás el pelo?
– ¡¡Vos estás en pedo!! Ni loca, después no te gusta… No, no y no
– Dale, Ma… Es flequillo, nomás. No todo el pelo.
– NO. Andá a un peluquero que te haga bien
– No, ma, el peluquero te hace lo quiere, nunca entiende nada, dale no seas mala.
– No no y no

Un día después, en el baño…

– Ana, andá y traeme unas tijeras para el pelo de tu hermana
– ¿Ves ma? Así lo quiero. Rollinga no, ¿eh? Estos pelos de acá como más corto y los del costado más largos porque son estéticamente lindos, ¿entendés?
– Sí, entiendo, así. Ahora te lo emparejo un poco. ¿te lo puedo hacer con esta forma? Si no va a quedar un corte muy abrupto, no te va a gustar
– Sí me va a gustar. Vos hacé el flequillo.
– Bueno (Y empieza a cortar)
–¡¡Ay!! Qué miedo!
– No me vengas ahora con que mejor no
– No, má, dale. Yo confío en vos. Pero, ¡¡no me lo vas a dejar así!! Más corto, así no veo nada
– Sí, Lu, más corto, ahí va… ¿Mejor?
– No más corto.
– ¿Así?
– Ahí va mejor. Ahora pruebo con anteojos, porque es distinto. No, me choca el anteojo, más corto.
– Bueno, yo más que eso no te lo corto, no me animo, así que más vale que te guste.
– Sí, está bien, pero estos de acá tenían que ir más cortos, ma
– ¡¡¡Pero vos me dijiste que te haga todo el flequillo!!!
– Sí, bueno. Pero se suponía que vos tenías que ver y hacerlo más lindo según te pareciera… ¡¡Ahora acá está demasiado corto!!
– ¡Ay, Lu! No me jodas, ahora está así y te queda bien.
– Sí, bueno. Ya está. ¿A ver con la hebilla? Porque estoy demasiado acostumbrada a usarla, no quiero dejarla. Mmm, no queda tan bien. Bueno, ya fue, que sé yo.

Al rato, y después de varias miradas en el espejo y muchos “me gusta”, “no me gusta”, “¿qué te parece?”, “¿Así o así?”… Lu enfrente del espejo

– ¡¡¡¡MAMIIIIII!!!! ¡¡¡ME RE GUSTA MI FLEQUILLO!!! (Corre a la cocina) Aaaaaah!! Mamiiiiiii!!!! Me re re gusta mi flequillo. ¡Ay! Pero si corro se me despeina.
– Lu, la vida te despeina…

domingo, 17 de febrero de 2008

Generolidades

– No y no. A mí no me gusta
– Pero, ¿cómo que no?
– No. Son incómodas.
– Vamos, las tetas son nuestro ser mujer. Las tetas son lo que te define como mujer ahora, ¿cómo que no te gustan?
– No y punto. Y lo que nos hace ser mujer es no tener pito, no las tetas.
– No. No podés definir a tu género en base al otro. Porque entonces te estás subyugando a ellos, ¿entendés?
– Sí, sí. Lo que sea.
– No, lo que sea no. Tenés que estar orgullosa de ser mujer. Abrazá tus tetas, vamos. Nosotras somos el sexo fuerte. ¡¡¡Y en el futuro vamos a ser las que mandan!!!
– ¿Cómo Kristina?

No sé si mi hermanita no entendió nada, o si entendió todo…

jueves, 14 de febrero de 2008

Algunas contestaciones (in)válidas, o cómo finalizar una conversación molesta.

Pegueña guía de sobreentendidos familiares

– No me mandes a poner la mesa

A ser dicho cuando a alguien le piden hacer algo que se disponía a hacer.

– A palabras incoherentes oídos percecopéticos

Buena respuesta para cuando cuando alguien dice algo molesto y le contestan “a palabras necias, oídos sordos”.

– (Tipo cantito) Es mi problema, no es tu problema. Es mi vida, no es tu vida.

Mi hermanita empezó con este y ahora lo usamos todos. Es una manera poco elegante de decir no te metas, como se imaginarán.

– Cuando tenés razón, tenes razón.

Forma particularmente molesta de decir “me rindo”.

– Lo que no se consigue con tiempo, se consigue con plata

Una buena forma de racionalizar los egresos cuando uno vive corriendo.

– No me acuerdo

Se traduce (a veces, muchas veces) como “No te quiero decir”.

– Claro él/ella, todo/a acuático/a y palanganudo/a…

Cuando alguien se las da de elocuente, o se agranda. Un cable a tierra.

lunes, 11 de febrero de 2008

Culturalidades varias

[…]
– El “Che” escribía…
– Claro, escribía muy bien. Como el subcomandante Marcos
– ¿Quién es el subcomandante Marcos?
– Un guerrillero zapatista, en México. Escribe todo lo que hace y lo escribe muy bien
– ¿Y qué hace?
– Es como el vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Una guerrilla de México. Pero es raro, porque casi no han efectuado acciones armadas y tampoco pretenden tomar el poder.
– Ah, muy posmoderna la cosa

Posmodernas son nuestras conversaciones de sobremesa. Generalmente sexo, religión y política. A veces hablamos de cómo fue nuestro día. Solo a veces

lunes, 4 de febrero de 2008

Proyectos diarios

– Lu, ¿perspectivas para mañana?
– Vivir.

Fácil, ¿a qué no?

sábado, 2 de febrero de 2008

Mejor que cualquier programa de TV matutino

Mi mamá y mi hermanita antes de una salida a Aquasol (rere)programada

– Andrea, ¿preparaste el bolso?
– Sííííííííí
– ¿Pusiste todo?
– Sííííííííí
– ¿Estás segura?
– SÍÍÍÍÍÍÍÍÍ
– Vamos a repasar, por las dudas
– Bueno.
– ¿Pusiste las dos mallas?
– Sí
– ¿El gorro para el sol?
– No.
– (Medio enojada) ¿Y que esperás? Movete, buscalo .
– Ay, bueno. Acá está. ¿ves? No es para tanto.
– Bueno. ¿El protector solar?
– No.
– (bastante enojada) ¿Cómo hacés el bolso, Andrea?
– Ay, bueno
– “Ay, bueno”, NADA. De tres cosas que te pregunte, tres no las habías puesto. No preparaste un carajo el bolso. ¿POR QUÉ DECÍS QUE LO PREPARASTE SI NO LO HICISTE?
– Dos, mamá.
– ¿Dos qué?
– Dos cosas, nomás. Dos cosas que me preguntaste no tenía
– (al borde del colpaso nervioso) ¡¡¡ES LO MISMO!!! (Respira … respira … respira …) ¿Querés hacerme el favor de terminar el bolso?
– ¿Sabés donde está el protector?
– ¿No estaba en el otro bolso?
– No.
– ¿Lo perdiste?
– Puede ser. No sé
– (muy enojada) ¿Así cuidás las cosas que te doy? ¿ASÍ, EH? ¡¡¡CONTESTAME CUANDO TE HABLO!!!
– Bueno, es que no sé…
– Ana, ¿vos sabés donde está el bloqueador?
A no, a mí que no me metan en esta
– No. La última vez que lo ví estaba ahí, en la mesada.
– Yo también. (Se levanta a buscarlo). ¿A vos te parece? Increíble esta nena que no cui… ¿ESTO TE PARECE BUSCAR BIEN, ANDREA? (Agitando un frasco azul en su cara). ¿TE PARECE, EH? ¡¡¡CONTESTÁ!!!
– Bueno
– (cediendo al fin al copalso nervioso) NO PUEDE SER. NO HICISTE NADA. TUVISTE TODO EL DÍA DE AYER Y NO HICISTE NI LA MITAD DEL BOLSO. ¿CÓMO PUEDE SER? (Poniendo el frasco en el bolso; con tanta delicadeza que sale volando otro frasco) ¿Y ESTO QUE ES? CREMA DE PEINAR!!!!! (Respira… respira… respira… respira más… respira más fuerte). ¿Guardaste la bombacha y el corpiño?
– No
– (Realmente muy muy enojada) ¡¡¡CORRÉ ARRIBA Y TERMINÁ DE BUSCAR LAS COSAS!!! SOS UN DASASTRE, ANDREA. NO PUEDO SEGUIR TODOS TUS PASOS Y ASEGURARME DE QUE TENÉS TODO TODOS LOS DÍAS. ¡¡¡ESTO NO PUEDE SER!!! NO HICISTE NADA Y DIJISTE QUE HABÍAS TERMINADO EL BOLSO!!!
– Bueno, es que puse las cosas escenciales. (Se para) Las secundarias (se acerca a la puerta) las iba a poner después. (Sale corriendo)

O las prioridades de mi hermana están un poco cambiadas o ya es adolescente. Crema de peinar: escencial. Bloqueador, gorra para el sol y muda de ropa interior: secundario.